(Campbell en un momento delicado de su filmografía)
sábado, 28 de julio de 2007
Layer Cake (Crimen Organizado)
viernes, 27 de julio de 2007
Un Duro de oído
Hasta esta noche, de aquella primera ocasión sólo recordaba la historia de un hombre que sucumbía inevitablemente ante la ambición de una mujer. Desde entonces no había vuelto a tener oportunidad de verla de nuevo y aquella idea y el buen sabor de boca que me dejó entonces fueron lo que me motivó a sugerirla para el primer pase del Club Noir. Para mi sorpresa al verla de nuevo me he sentido en un primer momento decepcionado respecto a la historia. En esta ocasión ni las artimañas de seducción de la mujer fatal ni la gravedad de la caída de su presa me han parecido ni tan asombrosas ni tan dramáticas como para impresionarme hoy de la misma manera que me marcó entonces. Además, la experiencia ha sido contradictoria en un doble sentido, primero por esta desilusión que he señalado, segundo porque a pesar de todo algo ha habido en la película que me ha vuelto a emocionar, más incluso que entonces y que como las cosas buenas ha hecho acto de presencia delicadamente, poco a poco.
Después de lo que hemos hablado pienso que al menos por lo que se refiere a la película* seguiremos sin reconocer gran parte de su valía si continuamos centrando nuestra atención en el personaje que interpreta la Stanwyck -Phyllis Nirdlinger- y buscamos un sentido a la conducta del protagonista basándonos en ella. No solo es que la muchacha resulte un personaje borroso por el estilo directo y subjetivo (tal como señaló Jose) de la narración sino que se trata en verdad de un personaje muy secundario sobre el cual se apoya la trama para no descabalgar pero que fácilmente podría haber sido sustituido por cualquier otro motivo. Ella no pasa de ser una mera excusa para despertar algo de una envergadura moral mucho mayor que la lujuria. No estamos ante un ejemplo de la caída por la sensualidad sino ante el hundimiento por la necedad que brota de una vanidad devastadora. Ella es la espita que da rienda a la ambición de un tipo que por ser en el fondo un duro de oido no tiene conciencia de sus facultades ni de sus potencias.
Huff -McMurray- no sabe dónde está ni quien es. Su vulgaridad -y la nuestra- pasa por el desconocimiento de la propia identidad y por la ficción obsesiva de ser dueños de nuestro destino. Su charlatanería pretende llenar un vacío oculto muy peligroso, que llegado cierto punto, en la medida en que se anhela ser salvado, desata un rosario de acciones compensatorias y egoístas. La desesperación le hace creer en sí más allá de sus posibilidades y echar por tierra las que tiene. Por un momento además piensa tener la sabiduría suficiente para dominar el sistema pero el tiempo demostrará que ignora la realidad de la que es partícipe.
(Fred McMurray y Edward G.Robinson)
Al final Huff acaba doblándose bajo el peso de su culpa y desesperadamente intenta ponerle remedio y compensar los males de su debilidad, de manera que al menos sus actos miserables salpiquen lo menos posible sin que destruyan el amor entre Lola y Nino.
La película nos acerca a la demolición de una relación estimable (inteligentemente señalado por Fernando) entre dos hombres -una amistad si se prefiere-, dos tipos que mientras supieron cada uno estar en su sitio hizo del mundo un lugar mucho más justo. Y esto me recuerda que para algunos de nosotros resulta harto difícil atender a nuestra naturaleza y que perdidos damos rienda a nuestra vanidad y entramos al trapo de cualquier excusa que señale una brillantez de la que quizás escaseamos. No podemos dejar de señalar el sentido traidor entre maestro y alumno -preciosa la figura reiterada de la lumbre-. Huff deja de respetar a su mentor en el momento en que considera que puede estar por encima de la mecánica del sistema sin que el otro pueda saberlo. Al final confiesa.
La decepción es una bala infalible que atraviesa el corazón; apuntes donde apuntes, te escondas donde te escondas, siempre rebota y te revienta las entrañas. Aquellos que hayan muerto alguna vez presa de la vergüenza entenderán las maneras. Ellos sabrán que no hay lugar dónde poder esconderse de la propia censura.
(Raymond Chandler, 1888-1959, coguionista junto a Wilder de Doble Idemnity)
*Descubro con sorpresa ojeando Pacto de Sangre -la novela de James M.Cain sobre la que está basada la película- cómo su autor orquesta la trama en torno a la idea de la seducción destructiva de la mujer sobre el hombre. Eso me permite especular que puede que debamos a la revisión de Raymond Chandler el nuevo cariz de la devastación en los términos de la vanidad.
domingo, 22 de julio de 2007
SESIÓN GOLFA EN CASA DE CRIS
Por fin celebramos nuestro primer cineforum...Al final gracias a Cris, que nos prestó su minipiso, pudimos hacer nuestra primera peli, que es la que dos meses antes os resumí en la web. Estuvimos 6 chicos y 4 chicas (incumpliendo la ley de igualdad, menos mal que no se ha enterado Zerolo...). La peli tuvo una aceptación desigual, esto dio para debatir durante casi dos horas (estilo Garci, pero los fumadores a la cocina...). Nos lo pasamos genial, y como podéis ver en las fotos, hubo alcohol y picoteo a raudales. Quedamos en que la próxima peli la elige Fer, así que iros agarrando a la silla...
PD: la siguiente será este viernes a la misma hora y en el mismo sitio, y esta vez, CON PALOMITASSSSSSSSSS...